#CATASdeinvierno 

Clara Verheij y André Both, hispanófilos holandeses, se trasladaron a la Axarquía en 1995. André, ingeniero civil, creó una empresa de construcción mientras que Clara, traductora e intérprete, abrió una escuela de idiomas. Pero a medida que iban construyendo su futuro hogar les nació una nueva idea. El vino y la buena comida habían sido por mucho tiempo sus aficiones: cocinar era la pasión de André y su bodega albergaba más de 700 botellas listas para disfrutar. Como amantes y conocedores del vino sintieron la tentación de renovar sus abandonados viñedos y producir su propio vino.

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Los primeros brotes

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Con ayuda de su equipo español, los viñedos se fueron reconstruyendo; se plantaron nuevas viñas, se adquirieron los viñedos vecinos, se creó una zona de producción y el primer vino salió a la luz. Su excepcional calidad era obvia, pero la cantidad, sin duda, limitada. Existía claramente un potencial para este vino en un mercado de alta calidad... pero era necesario un acto de fe para conseguirlo.

 

Los primeros frutos

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En 2003 Clara hizo ese compromiso, vendió la escuela para concentrarse a tiempo completo en la modernización de la bodega y encaminarla a la producción profesional. En 2005 André comenzó la construcción de las instalaciones de la nueva bodega: un magnífico edificio de estilo Bauhaus, luminoso y amplio en su interior, revestido de pizarra que combina a la perfección con el paisaje. Desde entonces la demanda ha crecido rápidamente tanto en España como a nivel internacional ya que los vinos Ariyanas son ya muy conocidos por los amantes del vino de todo el mundo.

 

Las cosechas futuras

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El Enoturismo –turismo del vino– está siendo un elemento interesante en el futuro de la bodega. Son muchos los que  ya han disfrutado de las visitas a la bodega y las catas de vino. Ahora, en colaboración con el chef y propietario de un restaurante, Juan Quintanilla, la Bodega ofrece comidas a los visitantes, menús que han sido diseñados para conseguir un perfecto maridaje con los vinos  Ariyanas, estos menús se sirven en el hermoso escenario del salón de vinos, con una vista fabulosa al Mediterráneo.

 

Pero sin duda, lo más emocionante que ocurre cada año es la fantástica revolución que sucede en los tanques y barriles de la bodega. ¡La creación de un vino excepcional.